EL NÍQUEL EN CUBA, SU VERDADERA HISTORIA (II)

ANIVERSARIO 64 DE LA PUESTA EN MARCHA DE LA FÁBRICA DE NÍQUEL DE MOA

Luego de la intervención norteamericana en la Segunda Guerra Mundial, el gobierno estadounidense asigna 40 000 000 de dólares para el montaje de una industria extractiva de níquel en la península de Lengua de Pájaro, luego Nicaro. Este plan era posible realizarlo, gracias a que en 1924 el holandés Hendrikus Caron había obtenido la patente de su invento: lixiviación carbonato amoniacal de los minerales lateríticos, en los Estados Unidos.

En Marzo de 1942, se inicia la construcción de la fábrica bajo los auspicios de la compañía General Service Administ y transferida a la Nicaro Nikel Company y en los días finales de 1943 el mundo conoce la factibilidad del invento del profesor Caron: el 29 de diciembre, Nicaro había logrado su primera producción.

Nicaro surgió como proyecto de guerra, pues el objetivo del gobierno de Estados Unidos era cubrir las necesidades de su industria bélica en medio de la contienda mundial. Una vez cesada esta urgencia, la planta cerró sus operaciones. El 31 de marzo de 1947 culminaba su primera etapa productiva. En tres años e igual cantidad de meses produjo más de 28 mil toneladas de óxido de níquel.

En el año 1950, con motivo de la guerra fría y la agresión norteamericana al pueblo coreano la industria bélica del país del norte requiere nuevamente del níquel cubano y en 1951 llega a un acuerdo con la compañía Nicaro Nickel para la reapertura de la fábrica de Nicaro que estaba cerrada desde 1947, la que se pone nuevamente en operaciones en diciembre de 1952, a la vez que se reciben créditos para ampliar la producción de la planta.

Esta vez, con una visión más clara de las posibilidades de obtener beneficios con la extracción de níquel, así como para asegurar para su explotación abundantes existencias de un mineral estratégico, los intereses norteamericanos no se limitaron a la reapertura de la planta de Nicaro, sino que fueron aún más lejos:

La Nicaro Nickel Co. comenzó a desarrollar sus cotos mineros en Moa en el otoño de 1951, como dijimos anteriormente, y para la primavera de 1953 tenía suficiente mineral de níquel como para justificar la construcción de una planta para su tratamiento.

Los créditos para su construcción fueron concedidos por el gobierno norteamericano e instituciones bancarias de aquel país y fueron superiores a los 60 millones de dólares.